En la dinámica económica de Arequipa, solo uno de cada diez individuos disfruta de un empleo que cumple con los estándares de trabajo decente. Esta revelación, destacada por Catherine Rodríguez Torreblanca, Gerenta Regional de Trabajo y Promoción del Empleo, pone de manifiesto una realidad que exige atención tanto de autoridades como de empleadores y trabajadores.
La información, proveniente de la Dirección de Investigación Socio Económica Laboral (Disel), muestra una mejora gradual en la cantidad de personas con empleo decente en los últimos años, aunque a un ritmo lento. Por ejemplo, mientras que en 2017 se contabilizaban 104,402 empleos formales, esta cifra disminuyó a 101,084 en 2018, para luego recuperarse de manera significativa en 2019. Sin embargo, la pandemia del 2020 trajo consigo una caída drástica, dejando apenas 41,966 personas con empleo decente en la región.
A pesar de cierta recuperación posterior, aún no se alcanzan los niveles previos a la crisis sanitaria. Actualmente, según datos de la Disel, 106,606 trabajadores (14.7%) en Arequipa laboran con contrato y todos los beneficios de ley, una mejora relativa al resto del país, pero insuficiente para regresar a los estándares pre-pandémicos.
La alta tasa de informalidad laboral en Arequipa, que alcanza el 68%, es uno de los principales desafíos. Esta situación afecta especialmente a los hombres (69.2%), jóvenes entre 15 y 29 años (73.8%), y a residentes de áreas rurales, donde la informalidad afecta a casi el 92% de la población.
Catherine Rodríguez destaca las brechas salariales entre hombres y mujeres, así como la necesidad de generar empleo, sobre todo para la juventud, como puntos críticos a abordar. En este contexto, iniciativas como el programa “Formaliza” de la Gerencia de Trabajo buscan fomentar la formalización laboral. A través de este programa, se ha logrado la transición hacia la formalidad de 70 emprendedores y sus empleados, además de brindar asesoramiento a empresas y comunidades, con el fin de promover el empleo decente.
Este análisis refuerza la importancia de políticas y acciones concretas para mejorar las condiciones laborales en Arequipa y garantizar que más personas puedan acceder a un trabajo digno.